"Nos dijeron que vayamos a un lugarcito de acá cerca, parece que venden muchas cosas". Lucas Bustos mira, no sabe para donde encarar, aunque al menos entiende el plan. "Nunca habíamos venido a Misiones", tira la posta Alejandro Rébola. Pero ninguno tiene idea de que quien los trajo a Posadas es nada menos que el gurú del litoral. Un hombre que dejó su huella en la costanera y el que durante dos lejanos años tuvo de familia a los empleados del hotel que hoy vuelve a recibirlo junto a su San Martín para enfrentar a Guaraní, a las 17.
Él, en plena concentración, les aconseja el paseo. "Que no se pierdan el mercado de acá a la vuelta, ya les dije que el que administra todo eso es un viejo amigo así que pueden ir con confianza", les recomendó. Y es que Carlos Roldán es un hombre de la casa.
Con el traje de guía y una vuelta a la plaza refresca la memoria. Se transporta hasta 1981, cuando Nelson Chabay lo trajo para vestir la camiseta del enemigo dominguero. Es que a pesar de la obligación de hoy, el aprecio está.
Guaraní Franco fue su casa primero como jugador y luego como DT (entre el 92' y el 94'). Lo mejor de todo es el lugar. "Me encanta para vivir", dice y así recuerda a los amigos. "Se que algunos ya no están, pero ahora me está esperando uno. Vamos a tomar un café", cuenta y avisa de su cita.
Mientras, el calor va haciendo su parte, y vuelve inevitable la comparación. "Posadas es parecido a Tucumán, aunque aquí tenés cerquita el río, ¡y qué río!", dijo Roldán. La época de pescador del Paraná es otra de las que le vuelven a la cabeza y dice: "fueron años hermosos. Se mezclaron mi historia de vida y mi historia profesional". Es un Roldán nostálgico.
En la mira
Un triunfo hoy sería más que especial. "Y va a ser la primera vez que lo enfrente profesionalmente", devela. Pero sería importante por muchas cosas: "a pesar de todo, no vinimos de paseo. Queremos estirar los buenos resultados. Volver con un triunfo será importante para cambiar la mentalidad del equipo: hay que ganar en todos lados", dice.
¡Ah! además, el clásico está ahí nomás y una victoria dejará los ánimos al tope y de la mejor manera. "El clásico siempre estuvo en mi mente y este partido es importante para terminar de diagramar el equipo que jugará contra Atlético", reconoce y tira un parámetro de la actitud que deberán tener los jugadores de hoy. Aunque la formación tiene chapa de alternativa, porqué no ilusionarse y dar todo por un lugar.
Igual, primero lo primero, aunque incluso antes que el choque con el "franjero", está ese café prometido, con el amigo de años y en la esquina de siempre.